El aval es una figura muy común en los contratos de alquiler, que garantiza al propietario el cobro de las rentas en caso de impago por parte del inquilino. Sin embargo, ser avalista implica asumir una gran responsabilidad y compromiso financiero. Es importante saber que, en determinadas circunstancias, es posible dejar de ser avalista de un contrato de alquiler. En este artículo, te explicaremos los pasos a seguir y los aspectos legales a tener en cuenta para desprenderse de esta obligación.
¿Cómo dejar de ser un avalista de un contrato de alquiler?
Antes de entrar en detalles sobre cómo dejar de ser avalista, es necesario aclarar que la figura del avalista está regulada por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Según esta ley, el avalista es responsable del cumplimiento de todas las obligaciones que tenga el inquilino durante la duración del contrato de alquiler, incluyendo el pago de la renta y cualquier otro gasto derivado del contrato.
Para dejar de ser avalista, es necesario seguir los siguientes pasos:
1. Comunicar nuestra intención al arrendador
Lo primero que debemos hacer es comunicar nuestra intención de dejar de ser avalista al propietario o arrendador. Esta comunicación debe realizarse por escrito y de forma fehaciente, es decir, mediante burofax o con acuse de recibo. En esta comunicación debemos manifestar claramente nuestra voluntad de dejar de ser avalistas y solicitar que se busque un nuevo aval o se realice la liberación del aval existente.
Es importante tener en cuenta que el propietario no está obligado a aceptar nuestra renuncia como avalista, pero sí estamos en nuestro derecho de solicitarlo. En caso de que el propietario no acepte nuestra renuncia, deberemos seguir asumiendo la responsabilidad como avalistas hasta que finalice el contrato de alquiler.
2. Negociar con el arrendatario
Además de comunicar nuestra intención al propietario, también es recomendable negociar con el inquilino para buscar una solución amistosa. Podemos proponerle que busque otro aval o que realice un cambio en las condiciones del contrato que pueda garantizar al propietario el cobro de las rentas en caso de impago.
Es importante recordar que, al abandonar nuestra posición de avalista, no quedaremos exentos de las deudas o responsabilidades económicas que se hayan generado hasta ese momento. Deberemos hacer frente a cualquier deuda pendiente que pueda existir por impagos del inquilino antes de que se produzca el cambio de avalista o se libere el aval.
3. Revisar el contrato de alquiler
Antes de tomar cualquier decisión, es importante revisar detenidamente el contrato de alquiler. Debemos comprobar las cláusulas relativas al aval y las condiciones establecidas para su liberación. En algunos contratos, se establece que el avalista podrá solicitar la liberación del aval una vez transcurrido un determinado tiempo o cuando el inquilino demuestre solvencia económica.
Si el contrato no contempla ninguna condición para la liberación del aval, podemos solicitar una modificación del contrato que establezca dicha condición. En caso de que el propietario se niegue, deberemos seguir siendo avalistas hasta la finalización del contrato.
4. Acudir a un abogado especializado
Si no podemos llegar a un acuerdo con el propietario o el inquilino, o si no encontramos ninguna solución para dejar de ser avalistas, es recomendable acudir a un abogado especializado en derecho inmobiliario. El abogado podrá asesorarnos sobre las diferentes opciones legales disponibles en función de nuestro caso concreto y defender nuestros intereses.
5. Ejercer el derecho de desistimiento
Finalmente, es importante tener en cuenta que, según la LAU, el avalista tiene derecho a ejercer el derecho de desistimiento en un plazo máximo de 14 días desde la firma del contrato. Este derecho permite al avalista dejar de ser responsable por el cumplimiento del contrato de alquiler sin necesidad de justificar su decisión. Para ejercer este derecho, es necesario comunicarlo por escrito al arrendador antes de que finalice el plazo establecido.
Reclamo al avalista y al arrendatario por renta impagada
En el caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones de pago y se produzcan rentas impagadas, el propietario tiene derecho a reclamar tanto al avalista como al arrendatario por dichas deudas.
¿Qué hacer si mi antiguo inquilino sigue empadronado en mi piso de alquiler?
Si después de finalizar el contrato de alquiler descubres que tu antiguo inquilino sigue empadronado en tu piso, es importante tomar las medidas adecuadas. Debes solicitar al inquilino que se empadrone en su nueva vivienda y comunicar su cambio de domicilio al Ayuntamiento correspondiente.
¿Se puede cortar la luz a un inquilino que no paga?
No está permitido cortar el suministro de luz a un inquilino que no paga. Cortar los suministros básicos como la luz o el agua está prohibido por ley como medida de presión para el pago de las rentas.
Deducción vivienda habitual, ¿cómo realizarla?
Si el arrendatario ha cumplido con sus obligaciones de pago y el contrato de alquiler cumple con los requisitos establecidos, es posible realizar la deducción por vivienda habitual en la declaración de la renta. Es recomendable consultar a un asesor fiscal para asegurarse de cumplir con todos los requisitos y realizar correctamente la deducción correspondiente.
En resumen, dejar de ser avalista de un contrato de alquiler no es una tarea sencilla, pero es posible. Es importante seguir los pasos adecuados, comunicar nuestra intención de dejar de ser avalistas al propietario, negociar con el inquilino y revisar detenidamente el contrato de alquiler. En caso de no encontrar una solución, es recomendable acudir a un abogado especializado para recibir asesoramiento legal y ejercer nuestros derechos. ¡Recuerda que es fundamental proteger nuestros intereses y hacer valer nuestros derechos como avalistas!
¿Qué hacer si el avalista no quiere dejar de serlo?
Cuando firmamos como avalistas de un contrato de alquiler, asumimos la responsabilidad de garantizar el pago de las rentas en caso de que el arrendatario principal no pueda hacerlo. Sin embargo, en muchas ocasiones, podemos encontrarnos en la situación de querer dejar de ser avalistas pero el arrendatario se niega a aceptarlo. Ante esta problemática, existen una serie de medidas que podemos tomar para protegernos y desvincularnos legalmente del contrato:
1. Revisar el contrato de aval: Lo primero que debemos hacer es leer detenidamente el contrato de aval para verificar qué condiciones se establecen en caso de querer dejar de ser avalistas. Es importante conocer si existe algún plazo o requisito específico para poder liberarnos de esta responsabilidad.
2. Comunicar nuestra decisión por escrito: En caso de que no haya un plazo concreto estipulado en el contrato de aval, debemos comunicar al arrendatario nuestra intención de dejar de ser avalistas mediante un escrito formal. Es importante que este escrito sea enviado por correo certificado o burofax para contar con prueba de que hemos comunicado nuestra decisión.
3. Recurrir a un abogado: Si el arrendatario se niega a aceptar nuestra renuncia como avalistas, es recomendable buscar asesoramiento legal. Un abogado especializado en derecho de alquileres podrá guiarnos en los pasos a seguir y ayudarnos a iniciar un proceso legal para desvincularnos del contrato de aval.
4. Solicitar una modificación del contrato: En algunos casos, puede ser posible llegar a un acuerdo con el arrendatario para modificar el contrato de alquiler y eliminar nuestra figura como avalistas. Esto dependerá de la voluntad del arrendatario y de la negociación que se pueda establecer.
5. Acudir a los juzgados: Si todas las medidas anteriores han sido infructuosas, podemos acudir a los juzgados para solicitar la liberación de nuestra responsabilidad como avalistas. En función de las circunstancias y de las pruebas presentadas, el juez determinará si es posible dejarnos de ser avalistas.
En resumen, si el avalista no quiere dejar de serlo, es importante tomar medidas legales para desvincularnos del contrato de alquiler. La asesoría de un abogado especializado en derecho de alquileres será fundamental en este proceso.
¿Cómo reclamar a un avalista y a un arrendatario por rentas impagadas?
Si nos encontramos en la situación de ser propietarios de un inmueble y el arrendatario principal no nos paga las rentas acordadas, es importante conocer los pasos a seguir para reclamar tanto al avalista como al arrendatario. Aquí te presentamos una guía detallada para llevar a cabo esta reclamación:
1. Revisar el contrato de alquiler y el contrato de aval: Lo primero que debemos hacer es revisar detenidamente ambos contratos para verificar las condiciones y los plazos establecidos para el pago de las rentas, así como las responsabilidades del avalista en caso de impago.
2. Comunicarse con el arrendatario: Antes de iniciar acciones legales, es recomendable intentar establecer una comunicación directa con el arrendatario para recordarle su obligación de pago y tratar de llegar a un acuerdo amistoso. Es importante contar con pruebas de esta comunicación, como mensajes de texto, correos electrónicos o cartas certificadas.
3. Notificar formalmente al avalista: En caso de que el arrendatario no cumpla con sus obligaciones de pago, debemos comunicar al avalista de forma escrita y formal su responsabilidad y el incumplimiento del arrendatario. Esta comunicación debe realizarse por correo certificado o burofax para contar con prueba de su recepción.
4. Presentar una demanda judicial: Si la vía amistosa no da resultados, debemos acudir a los juzgados para presentar una demanda contra tanto el arrendatario como el avalista. En esta demanda, debemos presentar todas las pruebas de impago, como los contratos, los recibos de alquiler no abonados y las comunicaciones realizadas.
5. Seguir los trámites judiciales: Una vez presentada la demanda, se iniciará un proceso judicial en el que ambas partes podrán presentar sus alegaciones. Es fundamental contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de alquileres para llevar a cabo todos los trámites necesarios y defender nuestros derechos.
6. Cobro de la deuda: En caso de que la demanda sea favorable, el juez determinará una sentencia que establecerá el pago de las rentas adeudadas. En caso de que el arrendatario y el avalista no cumplan voluntariamente con esta sentencia, será necesario iniciar acciones de ejecución judicial para poder cobrar la deuda.
En conclusión, reclamar a un avalista y a un arrendatario por rentas impagadas requiere seguir un procedimiento legal riguroso. Contar con el asesoramiento de un abogado especializado será clave en este proceso para asegurar el cobro de la deuda y proteger nuestros derechos como propietarios.
FAQS – Preguntas Frecuentes
Pregunta 1: ¿Qué es ser avalista de un contrato de alquiler?
Respuesta 1: Ser avalista de un contrato de alquiler implica asumir la responsabilidad de pagar la deuda de alquiler en caso de que el inquilino no cumpla con sus obligaciones.
Pregunta 2: ¿Cuál es la forma más efectiva de dejar de ser avalista de un contrato de alquiler?
Respuesta 2: La forma más efectiva de dejar de ser avalista de un contrato de alquiler es negociar con el propietario o inquilino para que se busque otro avalista o se garantice de otra forma el pago de la deuda.
Pregunta 3: ¿Puedo dejar de ser avalista de un contrato de alquiler sin el consentimiento del propietario?
Respuesta 3: No, para dejar de ser avalista de un contrato de alquiler se requiere el consentimiento tanto del propietario como del inquilino, ya que es un proceso que afecta a ambas partes.
Pregunta 4: ¿Existen alternativas para dejar de ser avalista de un contrato de alquiler?
Respuesta 4: Sí, una alternativa es contratar un seguro de alquiler que se encargue de cubrir la deuda en caso de impago por parte del inquilino, de esta manera se puede eliminar la responsabilidad de ser avalista.
Pregunta 5: ¿Qué pasos debo seguir para dejar de ser avalista de un contrato de alquiler?
Respuesta 5: Los pasos para dejar de ser avalista de un contrato de alquiler varían según la legislación de cada país, pero generalmente implica llegar a un acuerdo con el propietario e inquilino, firmar nuevos contratos o realizar trámites legales para modificar las condiciones del aval. Es recomendable consultar con un abogado especializado en derecho inmobiliario para obtener asesoramiento específico en cada caso.